Descubre esta breve reseña sobre los Templarios en Italia, una orden de caballeros originada aproximadamente en el año 1119 y a quienes les fue otorgado el reconocimiento papal en 1129.
De hecho, te adelantamos que se trató de una orden militar católica, propia de la época medieval, rodeada de grandes habilidades y destrezas, entre muchas otras cualidades.
Templarios en Italia
La Orden de los Templarios fue la encargada de la defensa de los lugares santos y la protección de todos aquellos peregrinos que transitaban por el Medio Oriente; contando con su sede en Jerusalén, posteriormente en Acre y con el paso de los años se extendieron por toda Europa.
Contaron con el reconocimiento papal de la época y eran reconocidos como orden militar católica medieval, de la cual formaban parte personas con gran destreza militar, vida monástica y otras habilidades personales; en fin, fue un grupo de élite destacado dentro de los ejércitos cruzados.
Los templarios italianos fueron los encargados de llevar el control de todos los aspectos de la vida en este país; ellos obtenían los frutos del Edén y portaban el cetro con el cual se abrió la Cripta de la Primera Civilización.
Ellos tomaron el poder, convirtiendo a importantes personalidades de este país en miembros de su orden, entre los cuales se incluyeron mercaderes poderosos, políticos, clérigos de alto nivel y hasta reyes.
Esto les brindó recursos suficientes para llevar a cabo todos sus planes e incluso, si fuera necesario, el pago de sobornos a guardias o miembros del ejército.
Mediante el chantaje, fomento del terror y opresión, doblegaron a todos los habitantes de Italia durante el periodo en que duró su hegemonía.
Utilizaban a los clérigos o heraldo con el objetivo de poner al pueblo a su favor y que les siguieran para lograr fácilmente todos los objetivos que se proponían.
Un ejemplo típico de las acciones de los Templarios en Italia fue la popular conspiración en Florencia, Milán y la Toscana, con la cual se buscó deponer a los gobernantes de dichas provincias en el año 1476.
Por otro lado, lograron controlar territorios como el de Venecia, donde trataron de unificar su comercio, como fue el caso de las acciones seguidas por el templario Emilio Barbarigo en el año 1485, quien tuvo que enfrentar varios intentos de derrocamiento por parte del Gremio de Ladrones de dicha localidad, quienes lo terminaron asesinando en el Palacio de la Seta.
Los Templarios en Italia, para el año de 1500, también asumieron el control de Roma, siendo representados por los Borgia, quienes la gobernaron mediante corrupción y represión; siempre escudados en la supuesta unificación del país, en lo cual participó a su vez Rodrigo el Gran Maestre, César (quien dirigió la orden) e incluso su hermana Lucrecia.
Pero, como muchos otros movimientos político-sociales, la orden de los Templarios en Italia se disolvió oficialmente el 12 de marzo de 1312 dentro del Concilio de Vienne y todos los bienes fueron repartidos.
Además, como parte de la caída de los caballeros de esta orden que fue temida en muchos rincones de Italia, Jacques de Molay al lado de otros 38 templarios fueron trasladados a una isla dentro del Sena, donde morían en la hoguera.
Según el análisis a cargo de algunos historiadores, el que dio fin a la orden de los templarios fue el rey Felipe IV el Hermoso, el 13 de octubre de 1307; mediante una orden para que fueran detenidos todos los militantes de esta organización y llevados ante el tribunal creado por la iglesia Católica Apostólica Romana.
Este tribunal se identificó como Santa Inquisición y ante ella eran presentadas todas aquellas personas que cometían actos en contra de la fe cristiana como, en este caso, los legendarios Templarios.
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